También se aprende jugando, moviéndose y compartiendo momentos con los demás.
Por eso, en el marco del modelo NCA, la Educación Física tiene un papel muy especial: ayudarnos a crecer por dentro y por fuera.
En cada sesión, los niños y niñas mejoran su fuerza, coordinación, equilibrio y control corporal, pero también aprenden a conocerse mejor, a confiar en sí mismos y a disfrutar del movimiento. Queremos que descubran que su cuerpo es una gran herramienta para expresarse, comunicarse y sentirse bien.
Nuestras clases no son solo “deporte”: son momentos para pensar con el cuerpo, para moverse con sentido, para cooperar, reírse, relajarse y descubrir todo lo que uno puede hacer cuando se esfuerza. También trabajamos la respiración, la postura y la autorregulación, porque aprender a controlar el cuerpo es también aprender a controlar la mente y las emociones.
Al terminar la etapa, buscamos que nuestros alumnos sean activos, saludables y felices, que disfruten del ejercicio, participen con respeto, trabajen en equipo y vivan la competencia de forma sana y constructiva.
Y como en La Salle todo aprendizaje tiene su historia, las clases se llenan de aventuras: unas veces somos atletas en unas olimpiadas, otras equilibristas de circo o saltimbanquis, y otras, exploradores que superan retos en equipo. Así, el juego se convierte en el mejor camino para aprender, imaginar y crecer juntos.

