Aprender jugando y descubriendo en La Salle Antúnez: los entornos internivel enriquecen el aprendizaje en Infantil.
Cada semana, en las aulas de Educación Infantil de nuestro colegio se vive una experiencia muy especial. Los niños y niñas de 3, 4 y 5 años dejan atrás por un momento su grupo habitual para mezclarse en los entornos internivel, espacios pensados para aprender a través del juego libre, el descubrimiento y la convivencia entre diferentes edades.
Esta propuesta forma parte de nuestra metodología y busca favorecer el desarrollo integral de cada niño y niña, respetando su ritmo, su curiosidad natural y su forma personal de aprender. En estos espacios, no hay instrucciones cerradas ni técnicas directivas: cada propuesta invita a explorar, crear, probar y disfrutar desde la libertad.
Los niños eligen, experimentan y se relacionan, mientras los maestros acompañan sus procesos con una mirada atenta y respetuosa.
Los entornos internivel se dividen en tres grandes espacios llenos de oportunidades de aprendizaje:
Entorno de construcciones:
Entre legos gigantes, bloques de madera, piezas recicladas y materiales de gran tamaño, los niños y niñas se convierten en pequeños arquitectos y diseñadores. Aquí, el juego libre fomenta la planificación, la colaboración y la resolución de problemas, además de despertar la imaginación y la creatividad sin límites.
Entorno de juego de representación:
En este espacio, la realidad se mezcla con la fantasía. Médicos, cocineros, maestros o bomberos aparecen en escenas inventadas por los propios niños. A través del juego simbólico, desarrollan el lenguaje oral, la expresión emocional y las habilidades sociales, aprendiendo a ponerse en el lugar del otro mientras se divierten.
Entorno de manos creativas:
Aquí, las manos son las verdaderas protagonistas. A través de materiales variados y propuestas manipulativas, los niños experimentan con texturas, colores, formas y sensaciones. No se trata de crear una obra concreta, sino de descubrir, transformar y disfrutar del proceso. Cada exploración estimula la psicomotricidad fina, la concentración y la autonomía.
Lo más valioso de estos encuentros es lo que ocurre entre ellos: los mayores ayudan a los pequeños, los pequeños observan e imitan, todos se escuchan, se respetan y comparten. Se generan vínculos, aprendizajes y emociones que van mucho más allá del aula. Los niños descubren que hay muchas maneras de hacer, pensar y crear. Y, sobre todo, comprueban que aprender puede ser tan natural, alegre y emocionante como jugar.

